El tedio consume mis ganas de actuar.
El tiempo transcurre a través de las figuras que se divisan por los cristales de los espejos que aparecen tras mi ventana.
Mis ganas de respirar se anulan.
Caen gotas que se convierten en lloviznas
la humedad se escurre por las rendijas de la puerta asfixiando las palabras que intentan salir.
Afuera las calle llenas de grietas que ocultan los rostros verdaderos que anulan la realidad.
Adentro el desasosiego y la inestabilidad se apoderan de la existencia.
12 de octubre 2014