Cada levantar es doloroso,
las articulaciones duelen,
los recuerdos duelen,
los tímpanos se quejan por los martillazos dados para la construcción de casas.
Muy cerca ladridos de perros.
Te sientas,
miras el cielo,
luego el piso y
finalmente un punto en la pared que hace las veces de un posible horizonte.
Te dices a ti misma: "Haz una cosa medianamente "bien" en la vida y toda la mierda que suceda después no será tan mala."
No eres más que el espectro de un despojo de aquello que una vez fuiste. La extrañeza del no ser no es más que una ilusión,
te gusta aparentar para ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario