Subí de peso. Me siento ahogada en mi propio cuerpo cargando con las expectativas y necesidades de otros.
Entramos a tiendas de ropa, muchas promociones, nada te llena, nada te queda, crees que hay algo bonito para tener, para usar, es decir, para comprar y luego guardar en tu closet y dejar que las polillas se alimenten. Crees muchas cosas, pero no estás convencida.
Me ahogo en mi propio cuerpo, en medio de la desesperación hay un escape pasillos de libros, antaño era fácil escoger, o las cosas eran más simples. Quieres leer filosofía pero la literatura es más atractiva.
NO LEES!
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